FONDOS DE INVERSION

Cartera de fondos de inversión

La forma más adecuada de invertir en fondos de inversión es construir una cartera. Una cartera que incluya varios fondos que le ayuden a alcanzar sus objetivos de inversión y en la que importante sea el retorno total del conjunto de fondos.

¿Por qué una cartera de fondos es la opción más conveniente?, a través de una cartera supone diversificar y con la diversificación se reduce el riesgo.

El objetivo de la inversión varía en cada caso. Puede ser la adquisición de una vivienda, ahorrar para la educación de los hijos o jubilarse 

  • 1.- Para crear una cartera de fondos de inversión es definir el propósito de la inversión y el nivel de riesgo que se está dispuesto a asumir. 
  • 2.- Seleccionar los fondos de inversión asignándole a cada uno un peso en la cartera. confortablemente.

Ejemplos de inversión;

Ejemplos de inversión;

Para horizontes de inversión de 1 a 3 años, como puede ser comprar una casa o la celebración de una boda, con un nivel de riesgo moderado, se pueden considerar los Fondos de Renta Fija a Corto Plazo. De forma similar, se puede invertir en otras categorías de fondos de renta variable de pequeña/mediana capitalización o de deuda a largo plazo, si se siguen otras estrategias de inversión.
Una vez conocido el propósito de cada categoría, se pueden seleccionar las categorías de acuerdo con el objetivo y horizonte de inversión. Por ejemplo, para una cartera de fondos de bajo riesgo a tres años, se podría invertir un 80 por ciento en fondos a corto plazo, para mantener un nivel de riesgo moderado, y un 20 por ciento en fondos mixtos flexibles, que permitan participar de las subidas del mercado de renta variable, pero manteniendo el nivel de riesgo bajo.
Para una inversión a un año, se puede asignar un 70 por ciento a fondos de muy corta duración y un 30 por ciento en fondos que inviertan en depósitos o en liquidez. Si se trata de una cartera para la jubilación y aún queda un largo periodo de más de 10 años, se puede tomar el riesgo de incluir un 80 por ciento en renta variable y un 20 por ciento en renta fija, invirtiendo un 60 por ciento en un fondo mixto flexible y un 40 por ciento en uno de renta variable de cualquier capitalización.
En cualquier caso, estos son solo algunos ejemplos. La asignación de porcentajes a cada tipo de fondo es el paso más importante en la construcción de la cartera, por lo que sería aconsejable solicitar la ayuda de un asesor financiero.

En cualquier caso, estos son solo algunos ejemplos. La asignación de porcentajes a cada tipo de fondo es el paso más importante en la construcción de la cartera, por lo que sería aconsejable solicitar la ayuda de un asesor financiero.

  • 3.- Una vez definidas las categorías en las que se va a invertir, el siguiente paso es elegir los fondos. 

En primer lugar, el retorno ajustado por el riesgo, considerando que un fondo de elevado retorno y mayor riesgo no tiene por qué ser mejor que un fondo de retornos medio con muy bajo riesgo. El segundo factor, la evolución histórica de rentabilidades del fondo; es importante conocer el periodo de vida del fondo y la consistencia en sus resultados. Y, por último, los costes y comisiones del fondo; si tiene comisión de suscripción/reembolso y cuál es el coste total por comisiones.

  • 4.- Una vez construida la cartera, es importante hacer un seguimiento de la inversión.

Al contrario de lo que sucede en la inversión a través de acciones, no es necesario comprobar la evolución de la cartera diariamente. Debería ser suficiente con hacer comprobaciones mensuales para modificarla si observamos que se desvía de los objetivos marcados. El reequilibrado de una cartera es un proceso por el que se revisan las inversiones y se hacen cambios, si se han variado los objetivos o el comportamiento de los fondos incluidos en la cartera. Podría resultar conveniente solicitar la ayuda de un asesor financiero para reequilibrar la cartera.


¿ QUE CUBRE EL SEGURO DE DECESOS ?

Si se pudiera resumir con una frase lo que cubre un seguro de defunción se diría que la tranquilidad de los allegados en el momento en que fallezcas. La tranquilidad de no tener que asumir grandes costes y sobre todo, la tranquilidad de no tener que preocuparse de gestiones en un momento doloroso como es la muerte de un ser querido.

El seguro de defunción atiende en torno a 260.000 enterramientos al año, que son en torno a un 60% del total de defunciones en España. Es decir, seis de cada 10 fallecidos en España son atendidos por este seguro. Del total de fallecimientos de los que se hace cargo el seguro casi todos fueron atendidos dentro de la misma localidad del fallecido, no obstante, no todos. Unos 70.000 de estos sepelios reclaman un traslado dentro de España, y algo más de 500 suponen un traslado internacional.

Por otro lado, según los datos de ICEA, en torno a 22 millones de personas tienen un seguro decesos. Y según la EPF del INE, en torno a un 30% de los hogares contrata estas pólizas. No obstante no es igual en todas las partes de España.

De los sepelios que atiende el seguro, unos 70.000 necesitan un traslado dentro de España y algo más de 500 suponen un traslado internacional.

Desde un punto de vista geográfico, España tiene dos focos donde el seguro de decesos está más presente. Uno es el tercio suroeste de la península (al que habría que añadir zonas de Canarias). El otro es el tercio noroeste, aunque en este caso con menor intensidad. El área geográfica con menor penetración de este seguro es la cuenca del Ebro.


PLANIFICACION FINANCIERA

PLANIFICACION FINANCIERA

¿Cuándo un mercado esta en tendencia a la baja, que hacer? 

a. Añadir dinero a mi cuenta. 

b. Mantener con lo que tenía. 

c. Dejar mi dinero, pero con preocupación. 

d. Retirar mi dinero, no podría soportar mayores caídas.  

Espere un segundo… no conteste eso. Es cierto que estas preguntas son las preguntas estándar en los cuestionarios de evaluación de riesgos que encontrará por toda la web, y tienen su origen en una idea bienintencionada. 

Desafortunadamente, muchos cuestionarios de riesgo no son tan productivos.  

Para empezar, la mayoría de los inversores no juzgan bien su propia tolerancia al riesgo, se sienten más resistentes al riesgo cuando el mercado sube y se vuelven más reacios al riesgo después de períodos de pérdidas sostenidas como las que el mercado ha registrado recientemente. 

Pero quizás lo más importante es que al centrarse en la respuesta del inversor a las pérdidas a corto plazo se confunde indebidamente el riesgo y la volatilidad. 

Comprender la diferencia entre ambos, y centrarse en el primero (riesgo)  y no en el segundo (volatilidad) es clave para alcanzar los objetivos financieros propuestos a medio y largo plazo. 

¿Cuál es la diferencia? 

Como inversores, es útil crear una distinción mental entre volatilidad y riesgo. 

¿Cuáles son las principales diferencias? Para empezar, la volatilidad abarca los cambios en el precio de un título, una cartera o un mercado tanto al alza (ver 2019) como a la baja (ver 2008). 

Por lo tanto, es posible tener una inversión con mucha volatilidad que hasta ahora sólo ha ido en una dirección: al alza. 

Aún más importante, la volatilidad normalmente se refiere a las fluctuaciones de precios en un valor, cartera o mercado durante un período de tiempo bastante corto: un día, un mes, un año.  

Estas fluctuaciones (la volatilidad) son inevitables una vez que uno se aventura más allá de los depósitos, los fondos monetarios o las cuentas corrientes. 

Si no vende, la volatilidad no es un problema e incluso puede ser su amiga, permitiéndole comprar más de un valor cuando ha caído. 

En cambio, la definición más intuitiva de riesgo es la posibilidad de que su inversión no pueda cumplir con sus objetivos financieros previamente planificados,  o que tenga que recalibrar sus objetivos porque su kit de inversión se ha quedado corto. 

Con esta mirada, el riesgo debería ser la verdadera preocupación de los inversores; la volatilidad, no tanto. 

¿Un riesgo real? Por ejemplo, tener que mudarte con tus hijos porque no tienes suficiente dinero para vivir solo. ¿Volatilidad? Ruido en las noticias de la noche que afectan en el corto plazo a tu inversión. 

Sin embargo, es fácil ver cómo los dos términos se han mezclado, dando prioridad el inversor medio a la volatilidad frente al riesgo “real” de no cumplir con sus objetivos financieros planificados. 

Por otro lado, algunas de las inversiones más volátiles (a saber, las acciones) pueden no ser tan arriesgadas para uno si le ayudan a alcanzar sus objetivos financieros a largo plazo. 

Es posible evitar por completo las inversiones volátiles, pero al final sus inversiones seguras sólo generarán ganancias pequeñas, nulas o negativas (si tenemos en cuenta el efecto inflación)

Cómo gestionar estos dos conceptos 

Entonces, ¿cómo pueden los inversores centrarse en el riesgo mientras ponen la volatilidad en su debido lugar? 

El primer paso es saber que la volatilidad es inevitable, y si uno tiene un horizonte temporal lo suficientemente largo, podrá aprovecharla para su propio beneficio. 

El uso de un programa de aportaciones periódicas -comprar fondos/acciones a intervalos regulares – puede ayudar a asegurar que uno está invirtiendo en una variedad de entornos de mercado, alcista y bajista, obteniendo unos precios de compra medios más eficientes en el largo plazo. 

La diversificación de la cartera entre diferentes clases de activos y estilos de inversión también puede contribuir en gran medida a mitigar la volatilidad de una inversión que es volátil por sí sola. 

Eso puede hacer que su cartera sea menos volátil y que sea más fácil convivir con ella. 

Durante las últimas décadas, por ejemplo, los bonos de alta calidad han tenido una correlación muy baja con las acciones, sirviendo estos de colchón en momentos de pérdidas en las acciones, y viceversa. 

También ayuda a articular ver riesgos reales establecer unos objetivos financieros concretos y evaluar  la posibilidad de no alcanzarlos. 

Por ejemplo, para la mayoría de nosotros, una jubilación cómoda es un objetivo clave; el riesgo correspondiente es que nos quedemos cortos por culpa de obtener una rentabilidad insuficiente, y no tengamos suficiente dinero a la jubilación para mantener el estilo de vida que nos gustaría. 

Para las personas con hijos, pagar la universidad es un objetivo, pero el riesgo es que no se ahorre con la suficiente rentabilidad, y que el hijo tenga que recurrir a fuentes alternativas de financiación para su educación tras haber aportado regularmente a un plan de inversión / ahorro. 

Al identificar las metas (objetivos financieros a cumplir),  y los riesgos uno por uno, se pueden priorizar y planificar, además, si tiene objetivos a corto o medio plazo, una cartera de inversión más conservadora será más apropiada. 

Por último, planee mantener el dinero que necesita para gastos a corto plazo ( entre 1 y 2 años por ejemplo) fuera de activos volátiles. 

Al reservar una parte de su cartera que no esté sujeta a la volatilidad o al riesgo, puede tolerar más fácilmente las fluctuaciones en el resto de su inversión que si está enfocada a largo plazo 


Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR

Aviso de cookies